27 de septiembre de 2008

El juego del ángel


Un virulento sarampión publicitario, ventas millonarias y adversas críticas como primeros referentes precedían mi lectura de El juego del ángel. Tras acabar la novela, la abandoné en el cementerio de los libros olvidados. Una reciente y otoñal campaña televisiva me ha devuelto la memoria crítica.

En mi particular clasificación, la última obra de Carlos Ruiz Zafón pertenece a la categoría de los libros que se leen aligerando páginas y páginas. El juego del ángel persevera en los errores de La sombra del viento, pero no logra conservar su principal virtud: la agilidad y el interés de la narración.

En la nueva novela todo resulta conocido y repetitivo. Las fuentes literarias y cinematográficas son evidentes e infinitamente mejores. El estilo se limita al mismo tipo de metáfora en la descripción. Los personajes o son tópicos o melodramáticos, o ambas cosas a la vez. Ruiz Zafón teje unos hilos argumentales que no sabe cómo rematar. El final, como bien pronto cabe esperar, es ridículo.

En definitiva, una novela prescindible y fallida. Un autor que promete más de lo que ofrece. Pero lo que más sorprende, lo que más irrita, son sus continuos errores expresivos y sus anacronismos. Y aquí comulgo con la muy conocida crítica de Arcadi Espada: parece una obra editada con prisas, en la que se ha ahorrado en correctores para derrochar en promoción. La habitual desidia editorial, ya denunciada en este blog. El desprecio por el lector que invierte su dinero en un bien de supuesto interés cultural.
A la luz de todo esto, resultan clarividentes y nada autocomplacientes las palabras de Carlos Ruiz Zafón cuando afirma que "Aquí la literatura es un gueto de mediocridad."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues yo discrepo en parte de lo leído en este post. Me gustó mucho "La sombra del viento" y lo ha vuelto a hacer "El juego del ángel". Aunque sí coincido en resaltar los errores expresivos que llaman demasiado la atención hasta el punto que hace que te desvíes de la trama de la obra para intentar digerirlos. Sin embargo, creo que lo que afirmas de "en la nueva novela todo resulta conocido y repetitivo", yo lo achaqué más al hincapié que hace el autor para trasladar al público del anterior libro a una atmosfera archiconocida y que tanto gustó en su día.
De ahí el dicho "para gustos los colores"... Un beso! Erica :P