A continuación, John Scofield & The Piety Street Band nos ofrecieron un concierto casi calcado del que dieron en Alicante en diciembre de 2008. El mítico guitarrista de jazz recorre ahora con esta banda los caminos de la música de Nueva Orleans. Sobresalió la magnífica versión del Angel of Death de Hank Williams. Destacable también Jon Cleary, voz, teclados, e, incluso, guitarra.
28 de noviembre de 2009
Festival de Jazz de Cartagena. Cassandra Wilson y John Scofield
A continuación, John Scofield & The Piety Street Band nos ofrecieron un concierto casi calcado del que dieron en Alicante en diciembre de 2008. El mítico guitarrista de jazz recorre ahora con esta banda los caminos de la música de Nueva Orleans. Sobresalió la magnífica versión del Angel of Death de Hank Williams. Destacable también Jon Cleary, voz, teclados, e, incluso, guitarra.
27 de noviembre de 2009
Poemas de Langston Hughes y fotografías de Roy DeCarava
CANCIÓN DE AMOR EN UN JUKE BOX
Tomaría la noche en Harlem
y te envolvería con ella,
Tomaría las luces de neón y te haría una corona,
Tomaría los autobuses de la avenida Lenox,
Taxis, metros,
Y bajaría el volumen de su estruendo para escribirte/
una canción de amor.
Tomaría el latido de Harlem,
Y lo haría redoble de tambor,
Lo grabaría en un disco, lo haría girar,
Y mientras lo escucháramos,
Bailaría contigo hasta el amanecer,
Bailaría contigo, mi dulce chica morena de Harlem.
LA CHICA DEL JAZZ
¿JAZZ?
¿Te acuerdas de aquella canción
Del viento en los árboles
Cantándome bonitas melodías?
Estaba muy bien, ¿verdad?
¿Oyes ese violín?
Eh, tío, sabes,
Es primavera y en el campo
Crecen las flores.
¡Los de la banda! ¡Tocad!
¡Cielo santo, qué cansada estoy!
Claro, venga,
Invítame a un trago.
En 1955 colaboró con el fotógrafo Roy DeCarava en The Sweet Flypaper of Life. El escritor y el fotógrafo se propusieron retratar en esta obra el alma de Harlem y de sus gentes.
Las fotografías de esta entrada pertenecen a Roy DeCarava, fallecido hace unas semanas (octubre de 2009) en Manhattan a la edad de 89 años.
24 de noviembre de 2009
Festival de Jazz de Cartagena. Brad Mehldau Trío
El 12 de noviembre tuvo lugar el concierto de Brad Mehldau (piano), acompañado de Larry Grenadier (contrabajo) y Jeff Ballard (batería). El mejor pianista de jazz de la actualidad, y opinan como yo voces más autorizadas, ofreció lo que en él es norma: un concierto sublime, desbordante de matices, de sensibilidad y de sutileza. Memorable.
Michael Connelly: Deuda de sangre
A estas alturas resulta imposible averiguar quién es el autor original de esta opinión. Lo cierto es que en Internet los comentarios, rigurosos o no, científicos o humorísticos, objetivos o subjetivos, reales o ficticios, se difunden a mayor velocidad que la gripe y enseguida adquieren la categoría de dogma de fe. Además, se piratean y repiten sin rubor y sin citar la fuente.
Larry Sanger, uno de los fundadores de Wikipedia lo resumió con clarividencia: "Internet produce una enorme cantidad de basura y de cosas excelentes." El gran defecto de los buscadores web es que ordenan los resultados de la búsqueda no por su rigor científico o por su calidad sino por un ranking basado en el número de enlaces que conducen a determinada página. A más vínculos, más ranking, lo que casi nunca garantiza una información fiable ni contrastada.
A lo que iba. El caso es que no estoy en absoluto de acuerdo con la idea de que Harry Bosch y Mickey Haller sean los dos mejores personajes de Connelly. Tal afirmación supone, por lo menos, ignorar a Terry McCaleb. En mi opinión un personaje mejor construido, más redondo, más humano y cercano que el abogado Haller. Quizá más de un aficionado a la crítica desconozca las novelas protagonizadas por el antiguo agente del FBI.
Terry McCaleb es el protagonista de Deuda de sangre (Blood Work, 1998). Tras recuperarse de un trasplante de corazón acaba investigando el asesinato de su donante. Esta novela era imposible de encontrar desde hace años y ha sido reeditada ahora por Bruguera para el sello Zeta Bolsillo. En mi opinión se trata de una de las mejores narraciones de Michael Connelly. Clint Eastwood la llevó al cine en 2002 de manera bastante correcta.
Posteriormente, en Más oscuro que la noche (A Darkness More Than Night, 2001) coinciden Harry Bosch y Terry McCaleb. Y es que entremezclar a sus personajes es un recurso que Connelly ya utilizaba antes de El veredicto. Por último, en Cauces de maldad (The Narrows, 2004) Bosch investiga la muerte de McCaleb.
Paul Auster: Invisible. Primer capítulo
Le estreché la mano por primera vez en la primavera de 1967. Por entonces yo era un estudiante de segundo curso en Columbia, un muchacho sin formar con ansia de libros y la creencia (o ilusión) de que algún día tendría las suficientes cualidades para considerarme poeta, y como leía poemas, ya conocía a su tocayo del infierno de Dante, un muerto que iba arrastrando los pies por los últimos versos del canto veintiocho del Inferno. Bertran de Born, el poeta provenzal del siglo XII, que llevaba cogida del pelo su cabeza cortada, haciéndola oscilar de un lado a otro como un farol: sin duda una de las imágenes más grotescas de ese extenso catálogo de alucinaciones y tormentos. Dante era un defensor incondicional de los escritos de De Born, pero lo redujo a la condenación eterna por haber aconsejado al príncipe Enrique que se rebelara contra su padre, el rey Enrique II, y como el poeta originó la división entre padre e hijo convirtiéndolos en enemigos, el ingenioso castigo de Dante fue dividirlo a él mismo. De ahí el cuerpo decapitado que va gimiendo por el inframundo, preguntando al viajero florentino si puede haber dolor más terrible que el suyo.
Puedes seguir leyendo el primer capítulo en este enlace de El País.
En 1967, Adam Walker, un joven poeta ávido de vida y literatura, estudia en la Universidad de Columbia, se opone a la guerra de Vietnam y es muy apuesto. Una noche, en una fiesta de estudiantes, conoce a una pareja de franceses sofisticados, Rudolf y Margot. Tras varios días en que ambos ejercen su ambigua seducción sobre el inocente americano, Rudolf, le ofrece a Adam la dirección de una revista literaria que él financiará. Adam ya sospecha que quizá el profesor sea un hombre peligroso, pero no puede resistirse a su oferta. Y tampoco se resistirá a la insinuante Margot... Pero, en estos juegos peligrosos, ¿quién es la presa y quién el cazador? «Con unos personajes fascinantes, una estructura en espiral y un final digno de Joseph Conrad y El corazón de las tinieblas, es una novela de un suspense impecable, inteligente e inquietante» (Donna Seaman, Booklist); «Posiblemente nos encontramos ante la mejor novela de Auster» (Don McLeese).
17 de noviembre de 2009
Wilco y los haikus
Benjamin Biolay
El primer disco de Benjamin Biolay fue Rosse Kennedy (2002). Un impacto en media Europa. Incluye memorables canciones como Los Angeles.
Rosse Kennedy sorprendió por su mezcla de chanson francesa, pop, jazz... y, entre otros muchos recursos, por dos sampleados de Marilyn Monroe (de la película River of no return, 1954). Uno de ellos se escucha en Les cerfs volants, una de las piezas más brillantes del disco.
Négatif (2003), su siguiente obra, disco doble, le encumbró definitivamente como el último genio de la canción francesa.
13 de noviembre de 2009
Neil Young. Sus cuatro primeros discos
Para celebrar la noticia os pongo el vídeo de Out on the Weekend, la canción que abría Harvest.
10 de noviembre de 2009
Humberto Rivas
Jorge Luis (1972)
9 de noviembre de 2009
Philip Kerr: Violetas de marzo / Pálido criminal
Las novelas que componen Berlin Noir están protagonizadas por el detective privado Bernie Gunther y ambientadas en Berlín, en el período transcurrido entre 1936, en pleno nazismo, y 1948, cuando los países aliados han desmembrado el país.
Violetas de marzo (1989) es la primera novela de la serie. El título se refiere al apodo que recibían los advenedizos que aprovechaban el ascenso nazi para hacer carrera. En ese contexto el antiguo inspector de la Kripo Bernie Gunther se ve obligado a dejar la policía debido a la purga efectuada por Goering. Tras ganarse la vida como detective del hotel Adlon, se hace investigador privado obligado a aceptar “casi cualquier cosa, excepto divorcios”. Una de sus habituales e imposibles tareas consiste en localizar judíos desaparecidos.
En los días previos a los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936 cuando Jesse Owens se encargó de desmontar la teoría de la superioridad aria, Gunther recibe la llamada de Hermann Six, un empresario millonario cercano al régimen nazi, para que investigue el asesinato de su hija y de su yerno, además del robo de unas valiosas joyas.
La investigación le lleva a conocer personalmente a inquietantes personajes como Goebbels (Ministro de Propaganda) o Heydrich (Jefe de la Gestapo), que le obsequia con una estancia en el primer campo de concentración del Reich, Dachau (“El trabajo te hace libre”, su sarcástico lema). Finalmente, aclara el caso, pero no consigue encontrar a Inge Lorenz, su amante desaparecida (“Desaparecer está haciendo furor, todo el mundo lo hace”) . Y es que “a veces, ni siquiera Bernie Gunther consigue algo.”
En la continuación, Pálido criminal (1990), Heydrich vuelve a complicarle la vida a Bernie Gunther. En esta ocasión le obliga a regresar a la Kripo para investigar los asesinatos y violaciones en serie de jóvenes arias que alguien quiere hacer creer son obra de algún judío.
Las dos primeras novelas de Berlin Noir se caracterizan por tres cualidades. En primer lugar, la poderosa y absorbente personalidad del protagonista. Un personaje bien construido, reacio a seguir las indicaciones ajenas, duro, violento a veces, ambiguo en su relación con los nazis cuando se trata de “pasar desapercibido y de evitar problemas”, con buen ojo y éxito con las mujeres, y, sobre todo, tremendamente cínico.
En segundo lugar, la extraordinaria documentación realizada por Philip Kerr, perfecta para profundizar en una época crucial de la historia europea.
Por último, la ágil prosa del autor, en la que destaca sobre todo un humor cáustico, en muchos casos surrealista, en la línea del Groucho Marx más inspirado. Un par de ejemplos:
“Según mi experiencia nunca se puede elogiar demasiado a una mujer, del mismo modo que nunca se le pueden dar demasiadas galletas a un perro.”
“Todavía tengo que encontrar un abogado que no sea capaz de robarle los ahorros a su madre; los ahorros y el colchón donde los esconde.”
Sorprende encontrar un sentido del humor, tan particular, tan negro en ocasiones, en la narración de la tragedia y del horror de la época nazi, que Kerr denuncia con firmeza.
En resumen, magnífico y adictivo inicio de la serie Berlin Noir, editada por RBA.
8 de noviembre de 2009
Haruki Murakami: La caza del carnero salvaje
Supongo que por esos motivos La caza del carnero salvaje es la única novela de la trilogía traducida al español. El reciente éxito comercial del más famoso autor japonés en España ha hecho que Anagrama la reedite en formato de bolsillo en su colección Compactos.
La caza del carnero salvaje es una narración con estructura de relato policial. El anónimo protagonista de la novela es obligado a emprender un viaje a una remota región para buscar un extraño y legendario carnero (metáfora del mal) que otorga poder a quien lo posee. En realidad, a quien es poseído por él.
Sin duda es una obra de aprendizaje de Haruki Murakami. En muchos momentos absurda y de ritmo titubeante. Su principal interés reside en que ya se pueden encontrar elementos de su poderoso imaginario narrativo y algunas de las constantes de su obra como la omnipresencia de personajes solitarios o las referencias a la música y a la literatura occidentales.