by Alazorza
En julio de 2007 publiqué una entrada titulada Sobre el toro desaparecido. Cuando consulto las estadísticas de mi bitácora me sigue sorprendiendo que se trate de una de las más visitadas. Así que para aquellos que se interesaron y se interesan todavía por tan curiosa noticia traigo hoy la continuación.
Los chatarreros de San Vicente del Raspeig que fueron sorprendidos en la zona de las Salinas de Santa Pola desmontando el toro y cargándolo en una furgoneta se enfrentan a una pena de prisión de entre uno y tres años. Su delito: haber destruido una herencia cultural y artística perteneciente al patrimonio nacional. Además, según parece, la fabricación y reposición del nuevo toro costó más de 12.000 euros.
El proceso judicial contra los chatarreros se encuentra en fase de instrucción, y se espera que pronto se celebre el juicio. Estaremos al tanto del desenlace de la noticia.
El Congreso de los Diputados en 1994 y una sentencia del Tribunal Supremo avalan que el famoso toro de Osborne ha perdido su carácter publicitario y se ha integrado en el paisaje patrio. En relación a ello, se suceden cada cierto tiempo distintas agresiones a los toros del patrimonio nacional que pastan impávidos junto a nuestras carreteras. En estos casos los autores no son codiciosos chatarreros, sino radicales nacionalistas que los consideran agresiones a su señas de identidad, que creen menor simbolizadas mediante un burro o una oveja.
Por lo que a mí respecta, estoy convencido de que ninguna metáfora o símbolo animal podrá representar nunca mis raíces culturales, sociales o individuales, pero ¿qué le vamos a hacer?
1 comentario:
En todo el mundo pasa esto, los nacionalismos y otras identidades, suelen ser reducidas al absurdo ¡y no se digan las identidades religiosas!
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