23 de diciembre de 2009

Antony and the Johnsons: You Are My Sister

YOU ARE MY SISTER
Eres mi hermana, nacimos
tan inocentes, tan llenos de necesidad.
Hubo tiempos en que éramos amigos
pero en aquel tiempo fui tan cruel
que cada noche te pedía
que me mirases mientras dormía.
Tenía tanto miedo de la noche.
Parecías moverte a través
de los lugares que yo temía.
Vivías en mi mundo tan suavemente
protegido sólo por tu naturaleza bondadosa
Eres mi hermana.
Y te amo.
Que todos tus sueños se hagan realidad.
Nos sentíamos tan diferentes entonces.
Tan iguales a lo largo de los años
en la forma de reír, la forma de sufrir.
Tantos recuerdos
pero no hay nada que ganar con el recuerdo.
Caras y mundos que nunca nadie conocerá.
Eres mi hermana.
Y te amo.
Que todos tus sueños se hagan realidad.
Es lo que te deseo.
Se harán realidad, se harán realidad.
(Compuesta por Antony.
Aparece en el disco I'm a Bird Now, 2005.
Interpretada por Antony and the Jonhsons y Boy George)

YOU ARE MY SISTER

You are my sister, we were born
So innocent, so full of need
There were times we were friends
but times I was so cruel
Each night I'd ask for you to
watch me as I sleep
I was so afraid of the night
You seemed to move through the
places that I feared
You lived inside my world so softly
Protected only by the kindness of your nature
You are my sister
And I love you
May all of your dreams come true
We felt so differently then
So similar over the years
The way we laugh the way we experience pain
So many memories
But there’s nothing left to gain from remembering
Faces and worlds that no one else will ever know
You are my sister
And I love you
May all of your dreams come true
I want this for you
They're gonna come true (gonna come true)

Libertad


19 de diciembre de 2009

Philip Kerr: Si los muertos no resucitan

"Una actitud omnisciente es muy útil para un dios... y para un detective, por cierto. Naturalmente, en el caso del detective la omnisciencia es una ilusión. Platón lo sabía y por eso, entre otras cosas, era mejor escritor que sir Arthur Conan Doyle. "

Si los muertos no resucitan (If the Dead Rise not, 2009) es, de momento, la sexta y última entrega de la serie Berlin Noir/ Bernard (“oso valiente”) Gunther. Con una estructura similar a Una llama misteriosa, la novela comienza en 1934 en Berlin y, tras un salto en el tiempo de veinte años, acaba en La Habana en 1954.

En la primera parte, Gunther, al verse obligado a dejar la Policía Criminal trabaja como detective en el famoso hotel Adlon. Tras llegar Hitler al poder y quemar el Reichstag, la ciudad de Berlín prepara los Juegos Olímpicos de 1936. En el hotel se alojan dos estadounidenses: Max Reles, un mafioso a la búsqueda de los contratos que genera el turbio negocio olímpico, y Noreen Charalambides, una periodista que quiere denunciar la persecución judía y la sospechosa designación de la ciudad como sede de los Juegos. Como resulta obvio, los nazis facilitan la existencia al primero, mientras que expulsan del país a la segunda. Mientras, Bernnie Gunther encontrará, respectivamente, un enemigo y una amante.

En la segunda parte, los tres personajes por arte y voluntad de Philip Kerr coinciden en La Habana de Batista para hablar de muchas cosas y zanjar temas pendientes.

En esta novela encontramos a un Bernie Gunther más cansado, cínico, harto (“si no fuera porque duermo bien, la vida se me haría insoportable”) y amargado que nunca. Su creador, domina cada vez con mayor fluidez y maestría la narración de sus andanzas, abrillantando, de paso, el género negro. Philip Kerr, según ha declarado, trabaja ahora en una novela situada en los años de la guerra para seguir condenando a su personaje a la maldición que expresó Confucio: ojalá vivas tiempos interesantes.

Si los muertos no resucitan ha ganado recientemente el III Premio Internacional de Novela Negra RBA. En otras circunstancias, en el caso de otra novela, resultaría sospechoso que la misma editorial que edita sus obras le concediera un premio. No lo es. Resulta merecido

Novelas de la serie Berlin Noir protagonizadas por el detective privado Bernhard "Bernie" Gunther:

Violetas de Marzo. (March Violets, 1989).
Pálido Criminal. (The Pale Criminal, 1990).
Réquiem Alemán (A German Requiem, 1991).
Unos por otros (The one from the other, 2006).
Una llama misteriosa (A quiet flame, 2008).
Si los muertos no resucitan (If the Dead Rise Not, 2009)

15 de diciembre de 2009

Invisible de Paul Auster


Tras sus últimas novelas protagonizadas por ancianos (Brooklyn Follies, Viajes por el Scriptorium y Un hombre en la oscuridad) Paul Auster vuelve conscientemente, según ha reconocido, a “explorar la juventud otra vez", como hiciera en el Palacio de la luna o en Leviatán.

En Invisible (2009), Adam Walker, joven estudiante universitario e ingenuo protagonista, conoce en una rememorada fiesta a una inquietante pareja francesa que acabará manejando decisivamente los hilos de su existencia. Siguiendo la misma trayectoria juvenil que el propio Auster, el personaje viaja desde la Universidad de Columbia en Nueva York hasta el París cercano al mayo del 68 con la finalidad, según después comprueba asqueado, de ejecutar un malicioso y cruel plan de venganza. Al final de su vida, Adam Walker pone por escrito sus titubeantes recuerdos. Los restantes personajes van completando, en polifonía de voces, el puzzle de lo vivido para confirmar, una vez más, que la realidad es poliédrica y la memoria, selectiva.

Continúa Paul Auster fiel a sí mismo. O, lo que es lo mismo, fiel a su estilo. Es Invisible una novela ideal como manual en un taller de escritura creativa. Volvemos a encontrar sus temas preferidos (la memoria, la ficción, el azar, la creatividad, la guerra, el amor, la búsqueda de la identidad...) y uno de sus habituales ejercicios estilísticos. Sin llegar al manierismo formal de Viajes por el Scriptorium (2006), esta novela se desarrolla con continuos saltos cronológicos y desde una pluralidad de voces narrativas en las que se alternan la primera, la tercera e, incluso, la tan arriesgada segunda persona. Está presente, cómo no, su característica tendencia al juego de la intertextualidad que arranca ya en la primera página con una referencia a Bertran de Born, poeta provenzal condenado al Infierno por Dante junto a los sembradores de discordia, y rescatado de nuestro olvido contemporáneo, de esta forma, por Auster.
En conjunto, Auster demuestra de nuevo su solidez literaria, su fluidez expresiva... Su maestría, en definitiva; pero acabada la lectura nos queda una leve sensación de insatisfacción, semejante a la de quien tras reservar mesa en su restaurante favorito ha esperado una cena memorable y, al final, se tiene que conformar con unos impecables platos de cocina de autor que no logran saciar su apetito.

Paul Auster: Invisible, Editorial Anagrama, Barcelona, 2009.

11 de diciembre de 2009

Philip Kerr: Una llama misteriosa


Al final de Unos por otros el detective Bernard Gunther, experto en buscarse indeseables enemigos, es perseguido por antiguos nazis, escuadrones de la muerte judíos y los servicios secretos norteamericanos.

Como no puede regresar a Berlín, Múnich o Viena, escenarios de sus anteriores novelas, adopta una nueva identidad y en 1950 viaja en barco a Buenos Aires cargado con veinticinco mil chelines austríacos y su sentimiento de culpabilidad germano: “Por no hacer nada... Tengo parte de culpa. Si fuese verdaderamente inocente, estaría muerto. Y no lo estoy.”

En Una llama misteriosa (A quiet flame, 2008) el escocés Philip Kerr recrea la época en que el general Perón dio protección a los criminales nazis huidos de Europa mientras los judíos seguían desapareciendo.

Por supuesto, ésta es una obra de ficción, aunque el propio autor autor reconozca haberse documentado, entre otros, en el libro La auténtica Odessa: la fuga nazi a la Argentina de Perón de Uki Goñi. De modo que Bernard Gunther/Carlos Hausner recibe en Buenos Aires, en arriesgado tour de force argumental, el encargo de un coronel peronista para que investigue el salvaje asesinato de una joven y la desaparición de otra que pueden guardar relación con sucesos similares ocurridos en 1932 en el Berlín de los días finales de la República de Weimar y que nunca fueron aclarados.

El asesino múltiple pudiera estar ahora en Alemania y Gunther, que había participado directamente en la investigación de los crímenes alemanes y apartado de ella por motivos políticos, se ve obligado a indagar en los círculos nazis para aclarar el asunto. Cuando, además, acepta la petición de Anna Yagubsky, una joven de origen judío, para que busque a sus tíos desaparecidos ambos casos se cruzan y las alarmas en el régimen peronista se encienden.

Gunther en su aventura argentina conoce no sólo a Perón y a Evita, o a siniestros criminales nazis de renombre como Adolf Eichmann o Josef Mengele, sino también las cárceles argentinas, la picana (“En Argentina sólo hemos aportado un invento al mundo moderno. La picana eléctrica.”) o los vuelos de la muerte sobre el río de la Plata.

Por último, es expulsado del país dejando atrás, como siempre le ocurre, a la chica de turno. Buena y mala suerte la de Bernie y la de otros detectives literarios que casi siempre enamoran a las mujeres más atractivas para enseguida perderlas. Gajes del oficio, por lo visto.

Excelente nivel en la mayor parte de las páginas de la quinta entrega de la serie protagonizada por Bernard Gunther. En el recorrido paralelo por el que discurre la novela entre Berlín de 1932 y Buenos Aires de 1950, me quedo con los capítulos perfectamente ambientados dedicados al auge del nazismo y la caída de la República. Un escenario que coincide con el de la novela Adiós a Berlín (1939) de Christopher Isherwood y su conocida adaptación cinematográfica Cabaret (1972).

Novelas de la serie Berlin Noir protagonizadas por el detective privado Bernhard "Bernie" Gunther:

Violetas de Marzo. (March Violets, 1989).
Pálido Criminal. (The Pale Criminal, 1990).
Réquiem Alemán (A German Requiem, 1991).
Unos por otros (The one from the other, 2006).
Una llama misteriosa (A quiet flame, 2008).
Si los muertos no resucitan (If the Dead Rise Not, 2009)

8 de diciembre de 2009

Festival de Jazz de Cartagena. Imelda May

Viernes 20 de noviembre de 2009. Imelda May en el Festival de Jazz de Cartagena. Sin duda la actuación más colorista, vibrante y energética de todo el cartel. La dublinesa Imelda May y su bien engrasada banda recorrieron sus álbumes No turning Back y el más reciente Love Tatoo. Rockabilly sin contemplaciones, directo, y a bailar. Reconozco que para mí supuso toda una agradable sorpresa.








Al Gare, al contrabajo

Michael Connelly mal traducido. Como siempre

En abril de 2008, cuando se editó en España Echo Park, publiqué una entrada titulada Michael Connelly mal traducido. Intentaba expresar el enfado que como lector y consumidor sentía ante un producto deteriorado por las malas artes de un alevoso traductor y por la indiferencia de una editorial complaciente.
En noviembre de 2008 nos llegó El observatorio. La historia se repitió. Nada dije por temor a repetirme o por no querer pasar por un maniático obsesivo que clama en el desierto sobre un asunto que a nadie parece importarle. Silencio, a pesar de que en la traducción de esta novela se encontraban auténticas perlas, verdaderas joyas de la antología del disparate. Un ejemplo nada más:

En la edición en inglés se leía “You could say that they took down the World Trade Center with a couple of airliners or a couple of box cutters.”
Aquí nos encontramos: “Podrías decir que derribaron el World Trade Center con un par de aviones comerciales y un par de cutres…” (p. 171)
Los cutters (cuchillas) se convirtieron en cutres. Todo un chiste.

Ahora se ha publicado El veredicto y todo sigue igual. Selecciono sólo algunos ejemplos.
Además de los inevitables anglicismos (“Refrescar (to refresh) mi recuerdo…”, p. 127) encontramos ejemplos de mala traducción que desvirtúan el sentido del texto:
“Sacó una tarjeta de bolsillo.” (p.53) A card out of his pocket…
“Si hubiera sido en un caso, me acordaría.” (p. 53) You’d remember me.
“Una conferencia (conference) padres-profesores en la escuela” (p. 147)
“El caso le llegó a Haller con una gran condición: Elliot sólo accedería a mantener a Haller como abogado si éste accedía a no aplazar el caso (the trial).” (p.260)

Errores gramaticales y expresivos en el uso del español:
“El más mayor...” (p.53)
“Tuve que acceder a ir a juicio la semana que viene o encontraría a otro abogado que lo haga.” (p. 115)
“Sí, Vincent se me lo llevó.” (p. 200)

Incoherencias léxicas:
“No era tiempo suficiente para continuar con mi revisión.” (p. 77)
“Pero se me escapa algo en el lado de la defensa de la ecuación.” (p.139)
Continúa el torpe y repetitivo empleo de los demostrativos:
“Se encontró a su mujer y al amante de ésta desnudos y ya muertos.” (p. 93)
“Había ordenado que las cámaras de Cortes TV se montaran en la pared de encima de la tribuna del jurado para que los miembros de éste no se vieran en esa imagen de la sala.” (p. 244)
“Me ocupo de esto por Jerry Vincente, ése es el nombre que reconocerá su secretaria.” (p.95)
“Mostraba a un caballero con armadura en un corcel blanco. Éste se había abierto la visera del casco y sus ojos miraban con intensidad.” (p. 98)
“En la sala de archivos le dije que se sentara a la mesita. Había una libreta grande de hojas amarillas sobre ésta…” (p. 108)

Confusiones en las preposiciones:
“Mandó a gente en prisión…” (p.53)
“Seguí una acera por un césped perfectamente cuidado.” (p.97)
“Lo reconocí de la fotografía de su anuncio.” (p. 76)“Había recibido los disparos en horizontal sobre su cuerpo desnudo.” (p. 127)

En definitiva, gracias al traductor habitual de las novelas de Michael Connelly estamos leyendo sólo algo ligeramente parecido al original. Da igual, a nadie, ni siquiera a su editorial, parece importarle. El género negro o policíaco seguirá viajando en el furgón de cola de la literatura.

5 de diciembre de 2009

Ze bende en un cruze

As.com. 5 de diciembre de 2009

Se discute apasionadamente sobre la sospechosa "Ley antidescargas" que prepara el Ministerio de Cultura y que pretende regular los contenidos en Internet cuando me encuentro con esta joya ortográfica del diario As en la página de inicio de su edición electrónica. Se me ocurre que el Ministerio de Cultura debería comenzar promoviendo, ante todo, el buen uso del idioma en los medios de comunicación, aunque sean deportivos.

Este "cruze" de cables de As me ha hecho recordar un cartel con el que me cruzo a diario. ¡Vaya cruz!


1 de diciembre de 2009

Festival de Jazz de Cartagena. Rickie Lee Jones

El viernes 20 de noviembre le tocó el turno a Rickie Lee Jones. "La chica salvaje", como se le denomina en una entrevista en El País, basó su concierto en Balm in Gilead, su nuevo disco. Quiero pensar que no fue su día más inspirado porque su actuación fue sin duda la más decepcionante de todo el Festival.



Philip Kerr: Réquiem aleman / Unos por otros

Violetas de marzo y Pálido criminal, las dos primeras novelas de la serie Berlin Noir de Philip Kerr, estaban ambientadas en la Alemania nazi.
Durante la II Guerra Mundial Bernie Gunther, el protagonista, debido a su condición de comisario de la policía criminal, es clasificado como teniente de la SS y destinado al frente ruso en un grupo de combate encargado del “asesinato sistemático de civiles judíos.” Cuando Gunther comprende la naturaleza de su trabajo pide el traslado al frente, aun corriendo el riesgo de ser fusilado o de morir en el campo de batalla. Tras la derrota alemana, pasa una larga temporada en un campo de concentración ruso.

En Réquiem alemán (1991) , la tercera entrega de Berlin Noir, la Guerra ha terminado y los países aliados se han repartido el país. A finales de 1947 Berlín es una ciudad en ruinas dedicada al estraperlo. Bernie Gunther, como la mayoría de los alemanes supervivientes, pasa hambre y frío. Su mujer, Kirsten, tiene que prostituirse con militares estadounidenses para conseguir alimentos extra. Ante este panorama el detective acepta un caso que le lleva a Viena para intentar salvar la vida de su antiguo compañero Becker, turbio personaje de la novela Pálido criminal, detenido a la espera de juicio por ser sospechoso del asesinato de un oficial norteamericano.

Rusos (“ivanes”) y estadounidense intentan manejar a Gunther como una marioneta en defensa de sus intereses. Finalmente, la investigación pone en peligro su vida al infiltrarse en una red de antiguos criminales nazis que han falseado sus muertes y adoptado nuevas identidades para huir de los juicios de guerra.

En la continuación, Unos por otros (2006), Bernie Gunther ha abandonado Berlín y la profesión de investigador privado. Se encarga de regentar un decrépito hotel cerca del campo de concentración de Dachau, antigua propiedad de su fallecido suegro. Es el año 1949. Kirsten, su mujer, alcoholizada, con demencia, está gravemente enferma internada en un hospital. Así que toma una decisión: “No valgo para hacerme cargo de un hotel. El trabajo policial es lo único que se me da bien.” En su regreso, acepta investigar el paradero del director de un campo de concentración cuya joven esposa católica quiere volver a casarse.

En realidad, Gunther cae en una trampa: acaba siendo confundido con un médico nazi buscado por experimentar con humanos, y perseguido por un escuadrón judío del Nakam decidido a ejecutarlo. Acorralado y sin futuro en Alemania, cambia de identidad (Carlos Hausner) y consigue escapar en barco hacia Argentina, donde llegará a conocer al general Perón, pero de eso trata Una llama misteriosa, la siguiente novela.

En estas dos novelas encontramos la esencia y las virtudes de las anteriores. El protagonista, más escéptico, caústico y desengañado que antes de la Guerra, conserva su buen gusto en materia femenina y su fobia por los abogados: “Estaba preparado para dejar de lado cualquier sentimiento humano por el bien mayor de ganar dinero.” “Aunque se acabara el mundo, seguiría habiendo abogados para hacerse cargo de la documentación.”

Mientras tanto, como es habitual en el género policial, todo el mundo (ya sean los norteamericanos, los rusos, los nazis, la Iglesia católica o los radicales judíos...) le dice a Gunther lo que tiene que hacer, y él intenta hacer lo que cree correcto para poner un poco de orden en el caos. Difícil tarea la del detective que Philip Kerr desmitifica y contempla de manera irónica: “La labor de un detective no requiere un cerebro del tamaño del de Wittgenstein.” “Yo funciono con monedas.”

En su conjunto, estas muy interesantes novelas de Philip Kerr, bien documentadas, nos permiten recorrer la historia de una época en la que el horror, poliédrico, se adueñó de Europa. Me pregunto qué acogida han tenido en Alemania, ya que una de las más firmes denuncias que encontramos en ellas es la crítica a la pasividad de la mayoría de la población. “Nadie le decía que no a la Gestapo, al menos no sin que ello tuviera consecuencias. Tenía que optar por lo desastroso o po lo desagradable. Una decisión típicamente alemana.” “No puedo permitirme tener principios. Al menos no en Alemania. La gente con principios termina en el campo de concentración de Dachau.”