Tras una filmografía rodada y centrada casi exclusivamente en China, esperábamos impacientes My Blueberry Nights, el resultado de la incursión de Wong Kar-Wai en Estados Unidos. La película inauguró en 2007 el Festival de Cine de Cannes, donde diez años antes había obtenido el premio al mejor director con Happy Together.
Más de un año y medio después llega My Blueberry Nights a nuestros cines, y ello nos permite reflexionar sobre el verdadero alcance de una industria tan gris y complaciente que llena las carteleras de productos comerciales a la vez que margina cualquier película con un mínimo de riesgo que se aparte del estándar. No hace muchos años el cine era todavía considerado como un arte. Ahora se está convirtiendo sólo en un eslabón más del negocio del entretenimiento.
Wong Kar-Wai, a pesar de la aventura norteamericana, sigue siendo fiel a su cine. Sin duda, se puede hablar de continuidad creativa. En My Blueberry Nights destacan las mismas cualidades que nos maravillaron en In the Mood for Love o en 2064. Se trata de una narración intimista protagonizada por seres solitarios que buscan el amor perdido. Formalmente dominan los primerísimos planos, los fondos desenfocados, la constante presencia del grano, los colores primarios, los reflejos, las estelas de trenes que surcan la noche. Como novedad, las carreteras y los inmensos espacios del paisaje estadonuidense coloreados de manera casi irreal.
Además, como es habitual en las obras de Wong Kar-Wai, una magnífica banda sonora en la que vuelve a brillar una versión de Yumeji's Theme del compositor japonés Shigeru Umebayashi junto a temas de Ry Cooder, Gustavo Santaolalla o canciones de Cat Power, Casandra Wilson, Amos Lee o la propia Norah Jones, que protagoniza el film.
En conjunto es una película muy cuidada estéticamente, muy bella, ¿por qué no decirlo? Las interpretaciones son creíbles y nos sumergen en la historia. La música es extraordinaria... pero, a pesar de todos estos hallazgos, a pesar de la profundidad, trágica por momentos, de su temática, My blueberry Nights no consigue conmovernos. ¿Tal vez pedimos demasiado? No, porque Wong Kar-Wai lo ha logrado anteriormente.
1 comentario:
Creíbles las interpretaciones excepto una. Norah canta muy bien pero no me convenció su historia. Puede que sea esto lo que falte para conmovernos. O puede que falle la historia entera aunque las interpretaciones sean muy buenas. Película de gran belleza, como dices, pero que no convence tan profundamente como "In the mood..." o "2046".
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