Escritor irlandés de prestigio, John Banville firma como Benjamin Black su primera novela negra: El secreto de Christine. En mi opinión, una obra sobrevalorada por la crítica.
El protagonista, Garret Quirke, es un alcoholizado y escéptico forense ("He rajado un montón de cadáveres y nunca he encontrado, en uno solo, el sito en el que podría estar el alma.") que en el Dublín de los años cincuenta se adentra por casualidad en un oscuro asunto. Christine, personaje que da título a la novela, es una joven que fallece mientras da a luz. Su hija desaparece y el certificado de defunción es falsificado para ocultar la verdadera causa de su muerte. Desoyendo las continuas advertencias, Quirke intenta poner un poco de luz en un caso que acabará afectándole de forma personal y familiar mucho más de lo que hubiera imaginado.
Se trata de una obra que poco a poco va perdiendo fuerza y frescura debido, sobre todo, a un manierismo formal (cargante adjetivación, imágenes repetitivas, artificiosos diálogos...) poco frecuente en el género, y que una trama más sólida haría más digerible. El otro nombre de Laura, la segunda novela de Benjamin Black, nos devolverá a un Quirke al parecer abstemio. Ya contaremos.
1 comentario:
Completamente de acuerdo. No pude con ella y eso que me lo trago casi todo.
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